viernes, 6 de mayo de 2011

Otto René Castillo (*): El Hambre (1)


Tu no la ves venir.
Ella está siempre contigo.
En el lejano fondo de ti,
obrero de mi país,
agazapada como un recuerdo.
Ella parla en gris con la mañana,
por el rostro de tus hijos,
de tu pobre y callada mujer,
y de tu gesto mas amargo,
que no terminó nunca
de apartarse de ti.

Ella se despierta
todas las madrugadas,
cuando la noche
es todavía joven para ti.
Y cuando para ti y los tuyos
llega la noche,
el día no ha terminado
todavía para ella,
que se sigue alimentando
de las pocas fuerzas
que te ha dejado el patrón.
Ella solo puede pronunciar
una palabra
en todos los idiomas:
comer.

Y cuando no tiene con qué,
entonces ella, rabiosa que es,
te muerde hasta que ya no te quedan
ni siquiera fuerzas para poder llorar.
Y tu, como nadie, sufres,
porque también los tuyos
alzan sus tristísimos ojos
y se quedan viendo el horizonte
todo el tiempo,
como si el alba
de los peores días
aun estuviera por llegar.
Ella tiene un patrón,
obrero de mi país,
el mismo que tienes tú.
Y solo cuando te liberes de verdad
se habrá acabado ella para ti.
La tendra´s domesticada, en tus manos.
Y no tendrás campanas suficientes
para repicar en grande tu alegría.
Entonces los tuyos ya no verán
la distancia, obrero de mi país,
como si el alba de los peores días
aun estuviera por venir.
___________
(*) http://www.literaturaguatemalteca.org/Otto.html

(1) Leído en el poemario 'Vámonos, Patria, a caminar'

 (Del libro 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMALTECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969)

No hay comentarios: