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jueves, 22 de marzo de 2012

Llorenç Prats (*): En el camino de un gran pacto social


(Hemos abierto debate sobre este artículo en nuestro facebook)


(*)  Llorenç Prats es profesor titular de Antropología Social de la Universitat de Barcelona

Me encuentro en un estado de completa perplejidad y supongo que a muchas otras personas les debe estar pasando lo mismo. Después de tanto tiempo ¿alguien cree que estamos viviendo algo parecido a una crisis?... ¿que algún día esto se acabará y volveremos por lo menos a las condiciones anteriores?... ¿alguien cree que las medidas que están tomando los políticos son realmente coyunturales?... ¿alguien cree que indignarse sirve para algo?... ¿y que Peter Pan vive en el país de Nunca Jamás? 

Lo siento mucho, pero esto no tiene nada que ver con la realidad. Vamos diciendo no es una crisis, es una estafa. Y no es una cosa ni la otra. Eso fue en todo caso el detonante, lo que estamos viviendo es el avance victorioso e imparable del capitalismo en su versión más prístina sobre la vieja Europa del Estado del Bienestar, el último bastión de la Res Pública. Es César cruzando el Rubicón de la protección social para implantar urbi et orbe el orden implacable del mercado. 

No hay prisa, nadie quiere un levantamiento social ni un baño de sangre ¡Por Dios, en la civilizada Europa!  Eso queda para las naciones bárbaras. Aquí basta con mantener el puño firme y estrujar a la gente cada día un poco más, en nombre de una chiripitiflaútica recuperación. 

El año que viene será peor que éste, y el siguiente más y así sucesivamente. A lo mejor, hasta de vez en cuando nos dejan respirar un poco para que nos sigamos creyendo el cuento. Y así hasta que todo el mundo sea un mercado y todo lo que pulule en él, sea natural o artificial, humano o divino, valores o sentimientos… todo se convierta en mercancía y esté sujeto a la supuesta ley de la oferta y la demanda. Supuesta, porque la oferta siempre prevalece, como nos recordaba don Vito Corleone“le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar”.

¿Y quién es el causante de todo eso? ¿Los políticos? “No nos representan” gritamos. No, pardiez, claro que no nos representan ¿cómo nos van a representar -aunque quisieran- si el congreso está tomado por la dictadura del capital? César nunca quiso ser investido emperador ¿para qué, si tenía el senado a sus pies? ¡Incluso después de muerto! En aquellos tiempos, algunos políticos decentes se suicidaban. Ahora, que son tiempos menos heroicos, podrían irse a su casa, pero ¡ay! la calidez del escaño…  Como en las malas novelas de misterio, los políticos, los mayordomos, cargan siempre con las culpas, aunque tan sólo sean cómplices más o menos agradecidos de sus amos, los verdaderos Señores del Capital. Y aquí, en Europa, es más bien raro que ambas condiciones coincidan. 

Serán bien recompensados por sus servicios, naturalmente, pero los verdaderos Dueños del Mundo no aman la luz, y mucho menos exponerse a los focos de la opinión pública. Son discretos, grises, de apariencia insignificante, excepto algún bocazas que acaba ardiendo presa de su propia vanidad. Y a ellos les decimos “no hay pan para tanto chorizo”. Pero les da igual, lo quieren todo, independientemente de que todo sea poco o mucho ¿Nadie recuerda la escena de la banca de Mary Poppins?

Y ante eso ¿qué hacemos? La mayoría de la población, nada. Tragar con el cuento de la crisis y esperar más o menos resignadamente a que vengan tiempos mejores… Los pobres siempre han esperado tiempos mejores, el “día de San Jamás” como decía Bertold Brecht. Pero esos tiempos mejores suelen estar en “la otra vida”. Que suerte la de  aquellas y aquellos que tiene otra vida, porque yo sólo tengo ésta y se me gasta tan de prisa… Tener fe es un chollo. Lo digo con malsana envidia. 

Otras y otros nos indignamos (¡Naomi, ya tenemos logo!) y montamos unas acampadas de puta madre, que son la admiración de toda la sociedad ¿Han servido de algo? La pura verdad es que más bien no, aparte de despertar la conciencia cada vez más desesperada de muchas y muchos. Pero lo hemos hecho tan bien que hasta un medio tan conservador como Time nos concede el galardón (o la parte que nos toca) de personaje del año. ¡Joder, nos han dado un Oscar! ¿A quién se lo vamos a dedicar? “Pedroooo…!” Y somos tan imbéciles, con perdón, que hay quien se lo pone en el perfil de facebook, otro faccioso engañabobos en el que nos pasamos horas y horas haciendo revoluciones virtuales.

Pero ¿qué más podemos hacer? ¿Cosas pequeñitas, locales, alternativas? Mientras sean pacíficas las que queramos, a lo mejor hasta salen ideas para una nueva línea de productos. ¿Manifestaciones? Ningún problema, vivimos en una sociedad democrática, y no hay que preocuparse mucho por si alguien se desmadra y rompe algunos cristales o quema contenedores. El seguro lo paga todo, de eso viven, y además así se ejercitan nuestras fuerzas del orden, que buena falta les hace, por si se dieran disturbios mayores. ¿Jugamos a la guerra de números? A ver si así nos acostumbramos a regatear, que los jóvenes lo han tenido todo muy fácil… Y si hay algún herido se monta otra manifestación oye, por manifestaciones que no quede. 

¿Qué más? Bueno, queda la huelga general. Una huelga de vez en cuando fortalece el espíritu, porque quien tenga trabajo va a sacrificar el salario de aquel día (con todas las prorratas anticipadas correspondientes) y para el gobierno también es reconfortante. Un gobierno que no haya tenido una huelga parece que no sea un gobierno de verdad. Otra cosa es si se plantea una huelga indefinida ¡Alto! Aquí hay que tener muy en cuenta las reglas del juego. Esto es algo así como un asedio medieval pero mejorado. Los huelguistas pasan a ser los asediados y aguantan lo que pueden hasta que el hambre y la sed les hacen rendirse. Y los asediadores… pero ¿qué asediadores? ¿contra quién se hace la huelga? Si los políticos y los empresarios de medio pelo no pintan nada, la huelga debe hacerse contra los Señores del Universo ¿no? Y éstos, en una economía globalizada, ni se dignan presentarse. 

Entramos desunidos y salimos maltrechos y sin resultados. Lo tenemos francamente mal. Nos quedaría una huelga de hambre colectiva. Eso de que se les muera la gente no es bueno ni para los mercados, pero ¿quién se apunta? Hay precedentes que no animan mucho. En Irlanda lo hicieron algunos activistas del IRA y Margaret Tatcher dejó morir a unos cuantos hasta que el resto se retiraron. Cuando ella muera tendrá un lugar reservado en el Olimpo del Capital, a la derecha del Tío Gilito.

No, nos sirven las viejas recetas de la lucha obrera. Tal como están las cosas, yo creo que si, de verdad de la buena, queremos, por encima de cualquier otra cosa, plantar cara al capital con algunas posibilidades de resistir, de frenarlo, incluso tal vez de ganar terreno, tenemos que dejar todas nuestras diferencias en casa y acudir a un gran pacto social. Un gran pacto entre los movimientos de vanguardia y alternativos -surgidos o no del 15 M y de la galaxia de los indignados- con los partidos políticos que se declaren de izquierdas, los sindicatos y la sociedad civil, a la que debemos ganar para la causa de una forma claramente mayoritaria.

”Somos los de abajo y vamos a por los de arriba”, eso está bien dicho. Pero no es verdad que no seamos de izquierdas ni de derechas, porque, normativamente, las izquierdas están con los de abajo y las derechas con los de arriba. Otra cosa es que las izquierdas hayan perdido el norte, pero lo que hay que hacer es que lo recuperen, a sopapos si hace falta, y los sindicatos también, porque en esta guerra, aunque no seamos lo mismo, no sobra nadie, lo que falta son aliados para combatir las fuerzas del capital. 

La división de la izquierda y la alienación de la sociedad son las grandes victorias estratégicas del capital. Y para deshacerlas debemos separar las formas de las esencias. A los políticos de izquierdas hay que hacerles recordar, recuperar su alma adormecida, o vendida por un plato de lentejas, y decirles tu eres mi hermano ¿qué haces aquí? ¿por  qué no marchas a mi lado?. Hagamos manifestaciones, acampemos si hace falta, sí, pero ante la sede del PSOE, de Izquierda Unida, de UGT y de Comisiones Obreras, desgañitémonos hasta que nos escuchen, sin rencores ni partidismos. No queremos acabar con ellos sino que se nos unan, todos bajo una misma bandera, bajo un mismo lema, como en los tambores de Zimnik, “empezamos una nueva vida, nos vamos a un nuevo mundo”.  

Y hagamos resonar también nuestros tambores casa por casa, barrio por barrio, pueblo por pueblo, para que despierten los muertos, se levanten de sus tumbas y de sus sofás, se arranquen sus tristes uniformes de víctimas y comprendan que ellos mismos pueden acabar con sus males. Que uno o una no es nada, ni diez, ni cien mil, pero que, si llegamos a ser millones quienes hagamos retumbar el tambor por la calle, en los estadios, en el parlamento… la victoria es nuestra. Porque el capital tiene una debilidad que sólo así podemos explotar: el capital es cobarde, huye frente a las masas si éstas marchan unidas y le plantan cara. Siempre ha sido así.

Necesitamos pues un gran pacto, sin heridas, sin reproches, sin maximalismos, un pacto de mínimos y de buena voluntad en el que no sobra nadie, un pacto de progreso en defensa del estado del bienestar.

Por el derecho al trabajo, a las pensiones y a la vivienda dignas. Por el derecho a una sanidad, una educación y una asistencia pública, universal,  gratuita y de calidad. Por la racionalidad, la austeridad y la transparencia de todos los organismos políticos y las administraciones públicas.

Nada más. Un pacto inclusivo, sin más cláusulas ni matices, porque, o estamos unidas y unidos o nos esperan tres mil años de oscuridad ¿Qué hacemos aquí parados y paradas? Cojamos nuestros tambores, o nuestras cacerolas, y vamos a despertar a todo el mundo, empezando por  nosotras y nosotros mismos y nuestras alucinaciones utópicas. Y si alguien quiere evitarlo, quiere imponer sus ínfulas de protagonismo, ya que hablamos de cuentos “que le corten la cabeza”, como decía la reina de corazones. Porque nosotras y nosotros “empezamos una nueva vida, nos vamos a un mundo mejor”.

Y ya que he utilizado tantas frases de la calle y de las redes, dejadme terminar desmintiendo en parte otra que ha hecho fortuna. Es de Eduardo Galeano: Está en el horizonte […] Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y ella se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar. Bonita reflexión para iluminar el sentido de la vida individual, pero muy peligrosa para aplicarla a una sociedad al borde del colapso multiorgánico. No necesitamos colectivamente bellos horizontes, sino objetivos posibles, victorias que nos permitan defender nuestras posiciones y avanzar palmo a palmo en el camino de la recuperación de una democracia real, que, si alguna vez estuvo, ahora anda perdida.

¿Comenzamos a dialogar?

http://radical-lliure.blogspot.com.es/2012/03/en-el-camino-de-un-gran-pacto-social.html

viernes, 16 de diciembre de 2011

José Mª Amigo Zamorano: James Yates como ejemplo


Libro: De Misisipi a Madrid. Memorias de un afroamericano de la Brigada Lincoln
Autor: James Yates
Editorial: LaOficina/BAAM
Año: 2011

'Escritos sobre España' de Langston Hughes (del que ya hemos escrito) y este de 'De Misisipi a Madrid. Memorias de un afroamericano de la Brigada Lincoln' de James Yates son los 2 libros que esta editorial nos promete que va a publicar cada año de autores norteamericanos de raza negra que apoyaron a la República española en su lucha contra el fascismo.

Libro editado por primera vez en 1986, nos lo vuelca ahora al castellano Didac P. Larriaga con una introducción de Mireia Sentís del consejo editor de esta editorial y que, según leemos en Internet, es especialista en estos temas afroestadunidenses y a quien, dicho sea de paso, no conocíamos. Dividido en 14 partes termina con un paginado índice onomástico que indica la seriedad de esta colección de libros.

En la introducción nos dice Mireia Sentís que 'la implicación de los voluntarios afroamericanos en nuestra contienda es un fragmento histórico que permanecía -y aun permanece- oculto, tanto en Estados Unidos como en España'. 

Los miembros de las brigadas internacionales procedentes de USA fueron unos 3.000, de los cuales 1.000 era judíos yanquis y un centenar de norteamericanos de raza negra. De todos ellos, los supervivientes, para mas inri, cuando volvieron a casa, a su país, fueron fichados y perseguidos por el FBI, les convirtieron la vida en un infierno negándoles un puesto de trabajo (James Yates tuvo que autocolocarse abriendo un taller para arreglar electrodomésticos) y muchos de ellos tuvieron que responder ante el tribunal presidido por Joseph Raymond McCarthy, senador republicano, acusados de actividades antiamericanas. Fueron una época denominada 'Tiempo de canallas' o de 'caza de brujas'.

'Pero la cohesión de que hicieron gala -escribe la introductora- los mantuvo firmes en su línea política. Permaneccieron en contacto con los prisionerros republicanos; se implicaron a fondo en la lucha contra el nacismo, primero, y en los derechos civiles en al década de 1960; se opusieron a la guerra de Vietnam, a las intervenciones militares en Latinoamérica y al aparheid de Sudáfrica. El excombatiente judío Mosses Fishman, secretario vitalicio de la asociación de veteranos de la Brigada Lincoln, ayudó y asesoró eficazmente a muchos de sus compañeros'.

'No cabe duda -termina diciendo en su introducción Mireia- que la Guerra Civil resultó dura, pero al mismo tiempo enriquecedora y hasta liberadora para quienes participaron en ella'. Como ejemplo: James Yates, quien nos narra como en París no se atrevió a entrar en un bar por miedo a que lo echaran los blancos del local por ser negro. Así de interiorizada tenía la discriminación. Luego, armándose de valor con otro compañero negro que se dirigía como él a España a enrolarse en las Birigadas Internacionales, entraron en un establecimiento a tomarse un coñac sin que nadie les llamara la atención por ello. Y ya en España, en la España republicana, comprobaron que no había racismo alguno. Es mas, incluso varios miembros negros de las Brigadas Internacionales fueron ascendidos a puestos dirigentes.

Pero lo que nosotros quisiéramos resaltar de estas memorias es su plena actualidad de vida. Y es que, salvando las distancias de tiempo y de discriminación racial, vemos en Yates a un emigrante de siempre, como hemos visto a muchos de nuestros padres y hermanos españoles que emigraron hacia otras tierras, hacia otros países, buscando una vida mejor. Y allí les dejaban los peores trabajos, los peores barrios, las peores viviendas, los salarios mas bajos. Con todo y con ello reciben la paga y, ahorrando aquí y allá, van reuniendo un dinero para casarse, comprar una casa y vivir como uno mas de la comunidad. Y en esto llega la depresión, la crisis económica, el crac de 1929, cierran las empresas, cierran los bancos, los echan al paro. Y se quedan sin nada, sin casa y sin los cuatro cuartos que habían ahorrado. 

Eso le ocurre a James Yates. Casi como ahora, donde muchísimos españoles habían planificado, como Yates, su vida y se ven arrojados a la calle, sin casa, sin salario. Esto, decimos, le pasó a James Yates y otras cosas muchísmo mas graves. Pero al mismo tiempo va tomando conciencia política y se rebela contra ese orden de cosas. Tanto que se aventura a combatir al fascismo con las armas en la mano. En España. En las Brigadas internacionales. Lejos de su tierra. A la que volverá para encontrarse, de golpe, con la discriminacción, nada mas llegar al puerto de Nueva York. Y tuvo que seguir luchando.

De momento los trabajadores de España, y de otras partes del mundo, no ven la necesidad de tomar las armas. Pero si sigue profundizándose la crisis (ojalá no sea así) las masas -ya han empezado los movimientos de los 'indignados' en varios puntos de la tierra- se verán en la tesitura de aguantar como un Tío Tom o rebelarse como los James Yates. Y si no... al tiempo.

Lean este libro rotulado 'De Misisipi a Madrid'. Les puede aportar mucho. Sin duda. Sobre todo memoria. Memoria histórica. Muy necesaria siempre por aquello que nos repiten los historiadores: 'Pueblo que olvida su Historia está condenado a repetirla'.

jueves, 3 de marzo de 2011

Que rule, 'mani' viernes 11 de marzo a las 8 de la tarde


QUE RULE, "MANIFESTACION PARA EL VIERNES 11 DE MARZO DEL 2011 A LAS 20:00 HORAS EN TODAS LAS CIUDADES ".


Pérez Reverte

Hay un problema laboral del colectivo de controladores aéreos que afecta al 1,2% de la población española (600.000 personas) y casi todos saltáis como energúmenos pidiendo hasta el linchamiento de ese colectivo cuando el día anterior hacen otra reforma del sistema laboral más restrictiva, quitan los 420 euros de ayuda a 688.000 parados que están en la ruina y anuncian cambios drásticos a peor en la ley de pensiones que afectan al 80% de la población y nadie se indigna ni dice nada. ¿Sois idiotas?

Estáis pidiendo a gritos al Gobierno que se apliquen medidas que quitan el derecho a la baja laboral, a los permisos retribuidos y a las horas sindicales, sacar militares a la calle ¿sois idiotas?

Estáis leyendo que mintieron en los vuelos de la CIA, en el caso Couso, que González era la X del GAL, que gente del PP cobraba de la trama Gürtel, que hay políticos que cobran más de 230.000 euros al año, pero que nos cuestan más de 3 millones de euros, que la corrupción en la política no es excepción, sino norma, que ellos mismos se adjudican el derecho a cobrar la jubilación máxima con pocos años en las Cortes y a nosotros nos piden 40 de cotización, banqueros que consiguen del gobierno medidas duras contra los trabajadores y que tenían que estar en la cárcel por delitos demostrados de fraude fiscal y no decís nada, os quitan dinero para dárselo a esa gente que cobra cientos de miles de euros año, especula con nuestro dinero, defrauda a Hacienda y seguís callados ¿sois idiotas?

Tenéis una monarquía que se ha enriquecido en los últimos años, que apoya a los poderosos, a EEUU, a Marruecos y a todo lo que huela a poder o dinero, hereditaria como en la Edad Media ¿sois idiotas?

En Inglaterra o Francia o Italia o en Grecia o en otros países los trabajadores y los jóvenes se manifiestan hasta violentamente para defenderse de esas manipulaciones mientras en España no se mueve casi nadie ¿sois idiotas?

Consentís la censura en los medios de comunicación, la ley de partidos, la manipulación judicial, la tortura, la militarización de trabajadores sólo porque de momento no os afecta a vosotros ¿sois idiotas?

Sabéis quién es toda la gentuza de las revistas del corazón, futbolistas supermillonarios pero jamás escucháis a nadie como Saramago o Chomsky u otros mil intelectuales veraces y comprometidos con vuestros problemas ¿sois idiotas?

Si mucha gente responde sí, aún nos queda un poco de esperanza de conseguir acabar con la manipulación de los políticos y poderosos.
Si la mayoría contesta no, entonces estamos jodidos.

Es lo que piensa la mayor parte de los Españoles.   

No seré yo quien pare esta cadena. 

Un saludo a todos. 


EL GOBIERNO: Ha bajado el sueldo a los funcionarios, suprimido el cheque-bebé, congelado las pensiones y reducido la ayuda al desempleo, (EL PARO), para afrontar la crisis que han generado los bancos los políticos y los especuladores bursátiles. 

Nos gustaría transmitirle al Gobierno lo siguiente: 

Dediquen su empeño en rebajar LA VERGÜENZA DEL FRAUDE FISCAL,que en España se sitúa alrededor del 23% del P.I.B. (10 puntos por encima de la media europea) y por el que se pierden miles de millones de €uros, fraude que repercute en mayores impuestos para los ciudadanos honestos. 
TENGAN LA VERGÜENZA de hacer un plan para que la Banca devuelva al erario público los miles de millones de euros que Vds. les han dado para aumentar los beneficios de sus accionistas y directivos; en vez de facilitar el crédito a las familias y a las empresas, erradicarlas comisiones por los servicios bancarios y que dejen de cobrar a los españoles más humildes €30.01, cada vez que su menguada cuenta se queda sin saldo. Cosa que ocurre cada 1º de mes cuando les cargan las facturas de colegios, comunidades, telefonía, Etc. y aun no les han abonado la nómina. 
  
PONGAN COTO a los desmanes de las empresas de telefonía y de ADSL que ofrecen los servicios más caros de Europa y de peor calidad. 
  
ELIMINEN la duplicidad de muchas Administraciones Públicas, suprimiendo organismos innecesarios, reasignado a los funcionarios de carrera y acabando con los cargos, asesores de confianza y otros puestos nombrados a dedo que, pese a ser innecesarios en su mayor parte, son los que cobran los sueldazos en las Administraciones Públicas y su teórica función puede ser desempeñada de forma más cualificada por muchos funcionarios públicos titulados y que lamentablemente están infrautilizados. 
  
HAGAN que los políticos corruptos de sus partidos devuelvan el dinero equivalente a los perjuicios que han causado al erario público con su mala gestión o/y sus fechorías, y endurezcan el Código Penal con procedimientos judiciales más rápidos y con castigos ejemplares para ellos. 
        
INDECENTE,  es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a  6.500 €/mes. Y bastantes más por diferentes motivos que se le pueden agregar. 

INDECENTE, es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un  cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera. 
  
INDECENTE, es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura). 

INDECENTE, es que un ciudadano tenga que cotizar 35/40 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión  máxima, sólo necesiten jurar el cargo. 
  
INDECENTE, es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país  que están  exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF. 
  
INDECENTE, es colocar en la administración a miles de asesores = (léase amigotes  con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados) 
  
INDECENTE, es el  ingente dinero destinado a sostener a los partidos y sindicatos pesebreros, aprobados por los  mismos políticos que viven de ellos. 
  
INDECENTE, es que a un  político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para  ejercer su cargo (ni cultural ni intelectual). 
  
INDECENTE, es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en  gran clase) y tarjetas de crédito por doquier. 
  
INDECENTE, No es que no se congelen el sueldo sus señorías, sino que NO se lo bajen. 
  
INDECENTE, es que  sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año. 

INDECENTE, es que ministros,  secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del ERARIO PÚBLICO. 

Y que sea cuál sea el color del gobierno, toooooooodos los políticos se benefician de este moderno "derecho de pernada"  mientras no se cambien las leyes que lo regula.     
¿Y quiénes las cambiarán? ¿Ellos mismos? Já. 
  
Juntemos firmas para que haya un proyecto de ley con "cara y ojos" para acabar con estos privilegios, y con otros.

¡¡¡ Haz que esto llegue al Congreso a través de tus amigos !!!


ÉSTA  SÍ DEBERÍA SER UNA DE ESAS CADENAS QUE NO SE DEBE ROMPER, PORQUE SÓLO  NOSOTROS PODEMOS PONERLE REMEDIO A ESTO, Y ÉSTA, SI QUE TRAERÁ AÑOS DE  MALA SUERTE SI NO PONEMOS REMEDIO, está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos. 



          DONDE ESTAN LOS ESPAÑOLES?                                  

     QUE LEVANTAN MASAS PARA EL FÚTBOL

     Y NO PARA DEFENDER NUESTROS DERECHOS.