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viernes, 16 de diciembre de 2011

José Mª Amigo Zamorano: James Yates como ejemplo


Libro: De Misisipi a Madrid. Memorias de un afroamericano de la Brigada Lincoln
Autor: James Yates
Editorial: LaOficina/BAAM
Año: 2011

'Escritos sobre España' de Langston Hughes (del que ya hemos escrito) y este de 'De Misisipi a Madrid. Memorias de un afroamericano de la Brigada Lincoln' de James Yates son los 2 libros que esta editorial nos promete que va a publicar cada año de autores norteamericanos de raza negra que apoyaron a la República española en su lucha contra el fascismo.

Libro editado por primera vez en 1986, nos lo vuelca ahora al castellano Didac P. Larriaga con una introducción de Mireia Sentís del consejo editor de esta editorial y que, según leemos en Internet, es especialista en estos temas afroestadunidenses y a quien, dicho sea de paso, no conocíamos. Dividido en 14 partes termina con un paginado índice onomástico que indica la seriedad de esta colección de libros.

En la introducción nos dice Mireia Sentís que 'la implicación de los voluntarios afroamericanos en nuestra contienda es un fragmento histórico que permanecía -y aun permanece- oculto, tanto en Estados Unidos como en España'. 

Los miembros de las brigadas internacionales procedentes de USA fueron unos 3.000, de los cuales 1.000 era judíos yanquis y un centenar de norteamericanos de raza negra. De todos ellos, los supervivientes, para mas inri, cuando volvieron a casa, a su país, fueron fichados y perseguidos por el FBI, les convirtieron la vida en un infierno negándoles un puesto de trabajo (James Yates tuvo que autocolocarse abriendo un taller para arreglar electrodomésticos) y muchos de ellos tuvieron que responder ante el tribunal presidido por Joseph Raymond McCarthy, senador republicano, acusados de actividades antiamericanas. Fueron una época denominada 'Tiempo de canallas' o de 'caza de brujas'.

'Pero la cohesión de que hicieron gala -escribe la introductora- los mantuvo firmes en su línea política. Permaneccieron en contacto con los prisionerros republicanos; se implicaron a fondo en la lucha contra el nacismo, primero, y en los derechos civiles en al década de 1960; se opusieron a la guerra de Vietnam, a las intervenciones militares en Latinoamérica y al aparheid de Sudáfrica. El excombatiente judío Mosses Fishman, secretario vitalicio de la asociación de veteranos de la Brigada Lincoln, ayudó y asesoró eficazmente a muchos de sus compañeros'.

'No cabe duda -termina diciendo en su introducción Mireia- que la Guerra Civil resultó dura, pero al mismo tiempo enriquecedora y hasta liberadora para quienes participaron en ella'. Como ejemplo: James Yates, quien nos narra como en París no se atrevió a entrar en un bar por miedo a que lo echaran los blancos del local por ser negro. Así de interiorizada tenía la discriminación. Luego, armándose de valor con otro compañero negro que se dirigía como él a España a enrolarse en las Birigadas Internacionales, entraron en un establecimiento a tomarse un coñac sin que nadie les llamara la atención por ello. Y ya en España, en la España republicana, comprobaron que no había racismo alguno. Es mas, incluso varios miembros negros de las Brigadas Internacionales fueron ascendidos a puestos dirigentes.

Pero lo que nosotros quisiéramos resaltar de estas memorias es su plena actualidad de vida. Y es que, salvando las distancias de tiempo y de discriminación racial, vemos en Yates a un emigrante de siempre, como hemos visto a muchos de nuestros padres y hermanos españoles que emigraron hacia otras tierras, hacia otros países, buscando una vida mejor. Y allí les dejaban los peores trabajos, los peores barrios, las peores viviendas, los salarios mas bajos. Con todo y con ello reciben la paga y, ahorrando aquí y allá, van reuniendo un dinero para casarse, comprar una casa y vivir como uno mas de la comunidad. Y en esto llega la depresión, la crisis económica, el crac de 1929, cierran las empresas, cierran los bancos, los echan al paro. Y se quedan sin nada, sin casa y sin los cuatro cuartos que habían ahorrado. 

Eso le ocurre a James Yates. Casi como ahora, donde muchísimos españoles habían planificado, como Yates, su vida y se ven arrojados a la calle, sin casa, sin salario. Esto, decimos, le pasó a James Yates y otras cosas muchísmo mas graves. Pero al mismo tiempo va tomando conciencia política y se rebela contra ese orden de cosas. Tanto que se aventura a combatir al fascismo con las armas en la mano. En España. En las Brigadas internacionales. Lejos de su tierra. A la que volverá para encontrarse, de golpe, con la discriminacción, nada mas llegar al puerto de Nueva York. Y tuvo que seguir luchando.

De momento los trabajadores de España, y de otras partes del mundo, no ven la necesidad de tomar las armas. Pero si sigue profundizándose la crisis (ojalá no sea así) las masas -ya han empezado los movimientos de los 'indignados' en varios puntos de la tierra- se verán en la tesitura de aguantar como un Tío Tom o rebelarse como los James Yates. Y si no... al tiempo.

Lean este libro rotulado 'De Misisipi a Madrid'. Les puede aportar mucho. Sin duda. Sobre todo memoria. Memoria histórica. Muy necesaria siempre por aquello que nos repiten los historiadores: 'Pueblo que olvida su Historia está condenado a repetirla'.

martes, 22 de noviembre de 2011

'Con los ojos bajos' del desarraigo (relectura)


Título: Con los ojos bajos
Autor. Tahar ben Jelloun
Editorial Peninsula
Año: 1992
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Con los ojos bajos (el potencial lector de estas notas puede leer la obra en Internet), otra de nuestras relecturas, trata de la emigración, del desarraigo, del exilio. Ese podrá ser el resumen de la novela de Tahar ben Jelloun. Como todo resumen se sustrae de él los mil  y un detalles que conforman el universo de los que tienen que desplazarse de su patria obligados. 

Lo novela nos va trasmiiendo la memoria de una niña que se va haciendo adulta en el país donde trabaja su padre. La memoria de lo que dejó atrás y el choque con lo nuevo; y esa carga de recuerdos no le deja en paz y activa su imaginación creándose un mundo que va agrandándolo y con él los sentimientos, pensamientos y conciencia son tales que al final ya no responden ni al lugar de origen, ni al lugar de emigración, sino en otro plano que no olvida de donde procede, ni se puede ver libre de lo adquirido en tierra extranjera.

A lo largo de la novela el escritor marroquí denuncia de paso el racismo  al que de ven sometidos los trabajadores magrebíes. En Francia, la humanitaria Francia, la acogedora Francia, la hospitalaria Francia. Y ahí es donde el personaje va adquiriendo una nueva cultura. Y con ella, claro está, el concepto de racismo. Pero si solo se quedara ahí, la cosa iría bien. Mas con el racismo viene el insulto, la marginación, el desarraigo y... los asesinatos de emigrantes que el novelista recoge poniéndole nombres y apellidos  y apellidos: Abdeluahab Hemaham, Said Aounallah, Hammu Mebarki...

Tendremos que decir, para que se entienda bien lo que escribimos y de lo que escribimos, que no es una novela de denuncia, de protesta, aunque haya todo eso, no. Ni cuando se denuncia la flecha apunta a un solo centro, no. Si la Francia de los Derechos Humanos, de la que tanto se han vanagloriado queda en entredicho (algo que sabemos desde hace tiempo es que es un topicazo), la sociedad árabe no se libra de sus saetas.

Sin embargo Tahar ben Jelloun quiere ser fiel, tiene sus servidumbres, porque él mismo está agradecido a la cultura francesa, al tiempo que quiere, por supuesto, a Marruecos y, a su modo, constata los pro y contras de ambas civilizaciones: la árabe y la occidental.

Decir, para ir terminando esta reseña, que siendo los recuerdos de una niña que se va haciendo mujer, muchas de las rememoraciones están rodeadas de una nebulosa de sueños y siendo, como es, el repaso de una persona del género femenino flota sobre todo el relato la situación de la mujer que permanece, muy a menudo, con los ojos bajos.

Publicada, como se ve, en 1992, hace por lo tanto casi 20 años, esta nevela, releida ahora, precisamente ahora, creemos que cobra, en España, ardiente actualidad. Mas que cuando fue editada por primera vez. Seguro.

Algunos párrafos que destacamos:

"Mi padre nunca abandonó su pueblo. Se espíritu se había quedado amclado allí, para siempre. El tiempo era para él un artilugio para contar las horas de trabajo en la fábrica. Pero, en su fuero interno, era el tiempo del pueblo el que seguía trascurriendo tranquilamente, sin demasiada agitación, sin plantearle las preguntas embarazosas que a mi se me ocurrían a menudo".

"Los olores de la hierba y de las bestias llegaban a mi. Yo me resistía. Negaba su presencia".

"Un día mientras enumeraba, aostada en mi cama, todas esas cosas, me detuve de pronto al oir el ruido de una detonación, seguido del grito de una mujer, prolongado y doloroso. Era el grito de una madre; le acababan de matar al hijo. ¡Djelali!: quince años y algunos meses, guapísimo, con aquellos ojso verdes y el pelo negro rizado.
Eran las nueve y diez de un domingo, 27 de octubre de 1971, cuando la bala le atravesó el corazón de un niño que jugaba a las maquinas en un café de la Goutte d'Or".

"La primavera era una voz que bajaba de la montaña, tan pura como un manantial; la voz de un antepasado, un compañero del jeque Ma El Ainin, el rebelde del sur que había vencido a generales franceses y españoles".

"Desde entonces, sé todo sobre Matisse, su vida, sus pasiones, sus dramas y su estancia en Marruecos".

" A menudo me digo a mi misma que la miseria debe volver estúpida a la gente. ¡Hay que ver lo que son capaces de inventar para distraer la pobreza, adornarla y negarla!".

"¿Será acaso amar saber todo del otro y aceptarlo? ¿O, al contrario, tener la ilusión de saber todo del otro u querer modificarlo?".

"El pudor es mirar al hombre de frente y confrontar sus deseos con nuestras exigencias. Si aquí todavía es el hombre el que monta sobre el mulo, mientras la mujer, al lado, lo sigue a pie y si la la gente lo sigue considerando natural, yo no".